Las fuerzas de Estados Unidos llegaron a Saipan el 15 de junio. Tomaron posesión de esta isla, Tinian y Guam el 10 de agosto, lo que les proporcionó la clave de una estrategia para poner fin a la guerra. Era posible establecer bases en las islas para los nuevos bombarderos de gran autonomía estadounidenses, las superfortalezas volantes B-29, que podrían llegar hasta Tokio y otras importantes ciudades japonesas desde estas islas, al igual que lo habían hecho desde las bases de China. En noviembre de 1944 comenzaron los bombardeos regulares sobre Japón.
A pesar de que el cambio de estrategia suscitó ciertas dudas sobre la necesidad de las operaciones de las Carolinas y Filipinas, éstas se llevaron a cabo tal y como se había previsto; se realizaron desembarcos en los siguientes puntos: Peleliu (15 de septiembre), Ulithi (23 de septiembre) y Ngulu (16 de octubre), situados en el oeste de las Carolinas, y Leyte (20 de octubre), en la zona central de las Filipinas. La invasión de las islas Filipinas fue la última ocasión de la guerra en la que la Armada japonesa hizo uso de todas sus fuerzas. En los tres días que duró la batalla del golfo de Leyte (del 23 al 25 de octubre), cuyo resultado fue más incierto de lo que parecía indicar el desenlace final, los japoneses perdieron 26 naves —entre ellas, el superacorazado Musashi— y los estadounidenses siete.
5.12 Cambio de tactica en el Pacifico