2.4 Noruega y Dinamarca

Stalin, que temía una intervención extranjera, puso fin a la Guerra Ruso-finesa el 8 de marzo y estableció unos términos que obligaban a Finlandia a entregar ciertos territorios, pero le permitían conservar su independencia. Los británicos y los franceses necesitaban entonces encontrar un pretexto para realizar su plan de invasión de Narvik y Kiruna; decidieron situar minas en las inmediaciones del puerto de Narvik. Su objetivo era provocar una reacción violenta por parte de los alemanes, lo que les permitiría pasar al lado noruego y llegar así hasta Narvik.
Hitler aprobó el plan de invasión de Noruega y Dinamarca el 2 de abril, y los buques de guerra se hicieron a la mar el día 7. Dinamarca se rindió inmediatamente, y los desembarcos de tropas efectuados el día 9 se realizaron con éxito en todos los puntos previstos salvo en Oslo, que fue ocupado por los alemanes al atardecer; no obstante, el gobierno noruego, que había decidido luchar, se trasladó a Elverum. Aunque los noruegos, con la colaboración de 12.000 soldados británicos y franceses, consiguieron resistir en la zona que se extendía entre Oslo y Trondheim hasta el 3 de mayo. La situación en Narvik era diferente. Allí, 4.600 alemanes luchaban contra 24.600 británicos, franceses y noruegos respaldados por los cañones de la Armada británica. Los alemanes resistieron en Narvik hasta el 28 de mayo; tuvieron que retroceder hasta la frontera con Suecia en la primera semana de junio, pero cuando estaban a punto de rendirse, las derrotas militares sufridas por los aliados en Francia obligaron a los británicos y franceses a reclamar a las tropas destacadas en Narvik.

 
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